LA ATENAS DE KOSTAS JARITOS

Conocí Atenas y a Kostas Jaritos al mismo tiempo. Ante el dilema de guía de viaje o novela negra, opté por lo segundo, y embarqué en el avión con Noticias de la Noche, de Petros Márkaris, en el bolsillo. No me defraudó. Visité la ciudad de la mano de Jaritos, un comisario sin problemas de alcohol, sin adicciones, que no visita prostíbulos ni es infiel a su esposa (quizá, a veces, con el diccionario de Dimitrakos) y cuyos problemas se circunscriben a pagar la carrera de su hija y que su viejo Mirafiori aguante un año más. Así conocí sus interminables atascos, las aglomeraciones de Monastiraski, las manifestaciones que antes incluso del estallido de la crisis financiera colapsaban la capital, los ojos asustados de los vendedores callejeros que, llegados de Asia, tratan de sobrevivir a la pobreza y al acoso neonazi; las fachadas cerradas y los edificios raídos, más envejecidos que las ruinas de su pasado.

Una de las obsesiones de Kostas Járitos es adivinar por dónde tardará menos a comisaría (o al escenario del siguiente crimen) en función del tráfico, la hora y la siguiente protesta que cada jornada cerca la plaza Síntagma y sus accesos. Y, sin saberlo, traza mapas que seguimos los turistas.

Los restos de los últimos juegos olímpicos, vestigios caducos del último sueño heleno, completan un paisaje de calles estrechas atestadas de gente y avenidas anchas colapsadas de vehículos. También la quietud inquietante del Pireo y el agua petroleada del puerto. Una ciudad más y más deprimida conforme avanzan las novelas de Márkaris y se estrecha el cerco de la Unión Europea sobre Grecia. Aunque no parece que Járitos achaque en exclusiva a la Troika el caos ateniense.

“Volvimos a vivir los tiempos de gloria. El regreso a Atenas tras las vacaciones de Semana Santa transcurrió en medio de un caos absoluto. Kilómetros de retenciones en la autopista del Peloponeso, otros tantos kilómetros viniendo desde Lamía, peleas a lo largo de las carreteras nacionales, más las acostumbradas quejas: la culpa de todo la tiene el gobierno.” (Offshore)